Tartaleta de Tomate y Espinaca: Almuerzo Gourmet y Saludable
Te presentamos esta deliciosa receta con ingredientes que deleitaran tu paladar y que además son ricos en nutrientes
La espinaca, esa hoja verde que evoca la fuerza de personajes legendarios y que es aclamada por nutricionistas por su densidad nutricional, es el ingrediente estrella de nuestra receta de hoy. Versátil y amigable en la cocina, este vegetal no solo enriquece nuestros platos con su vibrante color sino también con una inyección de salud. Rica en hierro, vitamina C, y antioxidantes, la espinaca es una opción inteligente para quienes buscan comer de manera más consciente y saludable.
La Espinaca: Color y nutrición en tu plato
En la receta que compartiremos, la espinaca se transforma y se convierte en el alma de una tartaleta, donde su presencia no es meramente decorativa sino fundamental. La tartaleta, cuyo origen se remonta a la cocina francesa, se caracteriza por su versatilidad. Puede ser dulce o salada dependiendo del relleno, y su masa puede ser tan diversa como los paladares que la degustan. En este caso, optamos por una base de pasta brisée, famosa por su textura quebradiza y su capacidad para sostener una gran variedad de rellenos sin perder integridad.
La combinación de la espinaca con otros ingredientes frescos y la cremosidad del queso, en una masa perfectamente horneada, crea una experiencia gastronómica que es a la vez reconfortante y elegante. Esta tartaleta de espinaca promete ser una entrada caliente que no sólo satisfará paladares, sino que también nutrirá cuerpos. A continuación, les presentamos cómo llevar este plato verde y nutritivo a su mesa.
Tartaleta de tomate y espinaca
Consejos de interés para la tartaleta de tomates y espinaca y otros platos con iguales ingredientes
- Saltear ligeramente las espinacas en una pequeña cantidad de aceite de oliva extra virgen y sazonar con pimienta negra recién molida y queso parmesano recién rallado.
- Cuando se vaya a comprar las espinacas es importante observar siempre que las hojas estén frescas, abrillantadas y suaves al tacto, que ofrezcan una ligera resistencia, no deben estar maltratadas, marchitas o dañadas, y mientras más verdes estén, es mucho mejor su calidad.
Porciones: 4 personas
Ingredientes para la base:
- 2 ⅔ tazas de harina de trigo
- 200 gramos de mantequilla con sal
- 8 cucharadas de agua helada
Ingredientes para el relleno:
- 500 gramos de espinacas
- 2 huevos enteros ligeramente batidos
- 3/4 taza de queso gouda
- 1 pizca de nuez moscada
- 1/3 taza de crema para batir refrigerada
- 1 pizca de sal
- 2 tomates maduros
- 4 ramitas de tomillo para decorar
- Una cucharadita de pimienta negra molida
- 1/2 taza de queso parmesano
Preparación:
- Precalentar el horno a 375º F / 190º C.
- Colocar la harina de trigo en un recipiente y agregar la mantequilla fría en cucharadas y mezclar ambos con un tenedor, hasta lograr que la mantequilla quede suelta y ambos ingredientes bien integrados.
- Añadir agua bien fría de manera lenta, de cucharada en cucharada, mezclando constantemente con el tenedor, hasta conseguir que la masa obtenga una consistencia homogénea.
- Colocar una capa de masa dentro del molde de tartaleta y aguijonear el fondo y los laterales con el tenedor, para de esa manera evitar que se formen burbujas cuando se vaya a hornear la base.
- Hornear la masa en su envase, durante unos 10 minutos aproximadamente y retírala del horno.
- Cocinar las espinacas al vapor, después de haber sido salteadas ligeramente, y córtalas en trozos pequeños.
- Colocar en un recipiente los huevos ligeramente batidos y añadir las espinacas. Incorporar el queso, la nuez moscada, la crema para batir y la sal.
- Proceder a rellenar las bases de las tartaletas y colocar una rebanada de tomate sobre cada una.
- Hornear hasta que estén doradas, decorarlas con tomillo fresco y servir de inmediato.
Al cerrar nuestro periplo culinario con la espinaca, nos asombra el extenso itinerario que este vegetal ha recorrido a través de los tiempos. Desde su cuna en la antigua Persia hasta los rincones más variados del globo, la espinaca ha ascendido más allá de su origen humilde para ser aclamada como un superalimento a nivel mundial, accesible y multifacético.
Este verde nutritivo, que encontró su esplendor en la cocina europea, se ha hecho un lugar en el corazón de las cocinas internacionales y sigue siendo elegida por su valor económico y sus cualidades nutricionales destacadas.
Su gran capacidad de adaptación se manifiesta en la forma en que la espinaca enriquece nuestras dietas, proveyéndonos de un abanico de beneficios para la salud que abarca desde la mejora del control glucémico hasta la prevención de afecciones crónicas. Nos regala un legado de salud que, paralelo al recorrido del tomate desde las elevaciones andinas hasta su ubicuidad en la gastronomía global, subraya la importancia de reconocer las raíces de nuestros alimentos.
Esperamos que, al disfrutar de esta tartaleta de espinaca, más allá de deleitarse con su exquisito sabor, también puedan apreciar la herencia cultural y nutricional que cada hoja lleva consigo. La espinaca, humilde en su esencia, pero poderosa en sus propiedades, es un recordatorio de que los mejores ingredientes a menudo traen consigo historias tan ricas como sus sabores. Bon appétit.