En un juego extremadamente parejo y disputado, entre dos de los mejores equipos de la Conferencia Nacional de la NFL, los Dallas Cowboys, con una combinación de suerte, buenas ejecuciones defensivas claves, excelente rendimiento y ejecución de su receptor estelar CeDee Lamb, y un poco de controversia arbitral al final, lograron mantener su invicto de local al derrotar a los líderes de la División del Norte de la Conferencia Nacional.
Triunfo Decisivo: Cowboys Mantienen Aspiraciones en la NFL
La victoria los mantiene en la pelea por el título con los Philadelphia Eagles por la División del Este. Estos últimos jugaran hoy ante los St. Louis Cardinals, en su estadio, en la ciudad de Philadelphia.
Sí Philadelphia logra perder uno de sus dos partidos restantes y Dallas logra obtener la victoria en su último partido en contra de los Washington Commanders en la Capital del país, los Cowboys lograrían obtener el título de la División.
Dallas todavía mantiene una leve posibilidad de poder obtener el mejor récord de la Conferencia y así lograr el derecho de jugar todos los partidos de la postemporada en casa, pero algunos factores deberían de ocurrir para poder así lograrlo.
Primeramente deben de ganar su División, y que San Francisco pierda sus dos último encuentros, ante los Commanders en Washington, y en casa ante los Ángeles Rams.
Jugadas Claves del Partido: Cowboys Demuestran Fortaleza
De cualquier manera, los Cowboys pudieron derrotar a un equipo élite por solamente la segunda ocasión en la temporada, y aunque les ayudó mucho que el encuentro haya sido en el AT&T Stadium —donde han ganado todos sus partidos en esta temporada—, la victoria les otorga confianza a pocos días del comienzo de la postemporada.
Cowboys y Lions Jugadas Claves del Partido
Con el marcador 0-3 a favor de Detroit en el primer cuarto, los Cowboys enfrentaban una tercera oportunidad y 13 yardas por avanzar en su propia yarda 8.
El apoyador defensivo de Detroit, Derrick Barnes, logró pasar la barrera de cobertura de la línea ofensiva de los Cowboys con la oportunidad de atrapar a Dak Prescott en la zona de anotación. Sin embargo, inexplicablemente no intentó atraparlo, permitiendo que Prescott se sacudiera la presión y enviara un largo pase a CeDee Lamb.
Este había logrado soltarse de la marca del esquinero Kindle Vindor, quien tropezó unos instantes antes de que el ovoide llegara a las manos de Lamb. Solo y sin marca, Lamb atrapó el pase cerca del medio campo y corrió lo restante para anotar, tras un espectacular pase de 92 yardas enviado por Prescott.
Así terminaría la primera mitad con los Cowboys liderando el marcador 7-3. Poco más tarde, Detroit se pondría al frente 10-7, tras una corrida de tres yardas de David Montgomery en el tercer cuarto.
Dallas respondería con un gol de campo de Brandon Aubrey de 51 yardas para igualar el marcador 10-10. El gol de campo anotado por Aubrey sería el número 34 consecutivo sin fallar en la temporada. En el cuarto cuarto anotaría otro más para lograr su 35vo consecutivo, sin fallar, en la temporada.
Detroit anotaría otro gol de campo —en el cuarto cuarto— de 30 yardas, para adelantarse en el marcador 13-10, pero Dak Prescott conectaría con Brandin Cooks, tras un pase de anotación de ocho yardas, para recobrar la ventaja en el marcador 17-13, con un poco más de siete minutos pro jugar en el partido.
Brandon Aubrey anotaría su segundo gol de campo del partido, esta vez de 43 yardas, para adelantar a Dallas 20-13 con menos de dos minutos por jugar. Pero los Cowboys decidían el enviar dos pases consecutivos, que fueron incompletos, lo que colaboraría para que Detroit forzara a Dallas a patear el gol de campo, en vez de mantener el ovoide por tierra y consumir más tiempo en el reloj.
Esto significaba, para Detroit, el recibir el ovoide con un poco menos de dos minutos por jugar. Dallas, empleando una defensiva cautelosa, dejó que Detroit completara algunos pases enviados por Jared Goff a sus receptores, los cuales lograban avanzar el ovoide rápidamente, hasta llegar a la zona de gol de campo, lo que le otorgaba a Detroit la oportunidad de emparejar el marcador.
Sin embargo, Dan Campbell, entrenador en jefe de los Lions de Detroit, tenía otra cosa en mente. Un pase de anotación de 11 yardas de Jared Goff a Amon-Ra St. Brown acercaba a Detroit 19-20 con la oportunidad de empatar el marcador e irse a tiempos extras, tras el pateo del punto extra.
Pero Campbell decidía el ir por los dos puntos para ganar el partido. Aunque si fallaba en el intento, los Cowboys obtendrían el ovoide lo que les otorgaría la victoria, en caso de negar los dos puntos de conversión a Detroit. Y así fue como se generaría la mayor controversia del partido.
Goff enviaba un pase al liniero ofensivo Taylor Decker, el cual se encontraba sin marca en la zona de anotación, para obtener los dos puntos adicionales e irse arriba en el marcador 21-20, con pocos segundos pro jugaren el partido, pero los oficiales del juego lo determinaban de ser recibidor inelegible y por ende anulaban la anotación de dos puntos a Detroit.
Esto resultaría en una repetición de la jugada, lo que le otorgaría otra oportunidad a Detroit de, o anotar el gol de campo que probablemente empataría el partido, o intentar otra vez la conversión de los dos puntos que le otorgaría la victoria.
Dan Campbell ordenaba otra vez la opción de los dos puntos, pero esta vez, el pase de Goff era incompleto, tras enviar su envío corto y fuera del alcance de James Mitchell. Las cámaras de repetición de la TV demostrarían cómo Decker se acercaba al oficial en turno para reportarse como jugador elegible, lo que es establecido por las reglas de ocurrir, si un liniero ofensivo intenta desplazarse para poder atrapar un pase. Pero el oficial reportaría que nunca escuchó lo que Decker era requerido de reportar.
Legado y Récords: Cowboys Hacen Historia
Así terminaría el juego, en controversia, y los Cowboys lograban disfrutar no solamente de la victoria, sino también del gran dia de CeDee Lamb—el cual rompería los récords establecidos por Michael Irvin, receptor estelar de los Cowboys en los Noventas, de recepciones y yardas adquiridas en una temporada—, y la inducción de Jimmy Johnson, durante el entretiempo, entrenador en jefe de los Dallas Cowboys en los noventas que le otorgo dos títulos de Super Bowl a los Cowboys.