Falleció esta semana, a la edad de 79 años, uno de los referentes intelectuales más importantes de la juventud mexicana de los años sesenta, me refiero al escritor José Agustín.
José Agustín, un escritor para siempre
Este sobresaliente hombre de letras, desde muy joven, se convertiría en el representante de una corriente literaria que, junto con René Avilés Fabela, Gustavo Sanz y Parménides García Saldaña, definirían el término “La ONDA”, nombre que fuera acuñado por la reconocida ensayista y crítica literaria Margo Glantz, debido a la producción de una literatura descarada y desenfadada en la década de 1960.
Los jóvenes, de ese entonces, miraban de otra manera su entorno, el cual era totalmente diferente al de sus padres. Ellos vivían en plenitud en una sociedad cambiante, formaban parte de un mundo que se alejaba de la postguerra y se introducían al Rock and Roll y al mundo hippie, y todo lo que implicaba el pertenecer a esa época. En cada uno de sus textos, los cuales eran muy bien estructurados, contaban historias que llamaban la atención de adolescentes y jóvenes, los cuales lograban percibir que su entorno cambiaba de manera radical.
Estos “chavos” tomaron esta cruzada literaria, como una sello característico, que se gestó desde los talleres del dramaturgo Juan José Arreola, teniendo como elementos el lenguaje habitual, las vivencias cotidianas, los espacios de reunión y también las inquietudes con los que se enfrentaba la juventud urbana mexicana en ese momento. Literatura hecha, por jóvenes, para jóvenes.
El primer contacto que tuve con esta literatura fue en la preparatoria; precisamente fue con la novela “De perfil” de José Agustín, la cual me generó un entusiasmo en cada página, En ese instante, no había leído yo una prosa tan hilarante. Yo venía de una literatura más tradicional, de las cuales incluían a Salgari, Verne, R.L. Stevenson, Conan Doyle y teniendo mis primeros acercamientos con Arreola y Rulfo. Al encontrarme con este texto, la experiencia fue totalmente diferente; fue un acto de iniciación gozoso.
Sin duda, fue mi bienvenida a mi adolescencia, plasmándome en papel este mundo agresivo que estaba destinado a vivir y a enfrentarlo con el desenfadado, mordaz, pero mostrando la esperanza de un futuro por venir. Desde esta primera novela —junto con algunos amigos preparatorianos— devorábamos mas y mas textos de esta literatura que se había generado 20 años antes y que se habían convertido ya en un referente en el mundo intelectual de nuestro país
José Agustín Ramírez, el tapatío más acapulqueño, ha muerto este martes a la edad de 79 años a causa de un largo padecimiento por diversas afecciones en su salud. Así lo confirmó Andrés Ramírez, hijo del escritor.
Se le recordará a uno de los autores más representativos de México. Un hombre que le otorgó a su generación orgullo, con el empleo de palabras necesarias para expresarse. El gran autor utilizó todos los medios para que conocieran su genio; publicó novelas, cuentos, ensayos, crónicas, obras de teatro y guiones para cine. José Agustín el intelectual más querido del Rock, debe ser considerado como uno de los grandes de la literatura de nuestro país del siglo XX.
Su literatura está vigente, tiene un catálogo vivo en cualquier librería, es un escritor bondadoso, que se deja leer por cualquier público! Esa es su magia! Un autor prolífico, con grandes títulos. Además de “De Perfil” que ya mencioné anteriormente, podemos disfrutar “La Tumba”, “Ciudades Desiertas”, “Cómo se llama la Obra”, Vida con mi Viuda”; además de los volúmenes de la “Tragicomedia Mexicana”, “Diario de un Brigadista”, entre otros más. También podemos disfrutar las Películas: “El Apando,” “Ahí viene la Plaga,” “5 de Chocolate y una de Fresa,” entre una docena más, de las cuales José Agustín fue responsable del guion.
Este escritor mexicano, quien vivió mucho tiempo en el estado de Morelos, plasmó en una ocasión: “Siempre te dicen que tú eres afortunadísimo de estar aquí, y jamás dicen que ellos tienen la fortuna de contar con nosotros.” Creo que cada lector, con el que contó José Agustín, está agradecido por contar con el genio de este gran autor, permitiéndole al lector poder disfrutar de su genio.
