La autoestima, un término ampliamente debatido y discutido en el campo de la psicología, se define como la valoración, percepción o juicio que una persona realiza de sí misma. Este proceso de autoevaluación comienza en la niñez y continúa a lo largo de toda la vida. La autoestima durante la vida puede ser variable, puede ir de alta a un rango intermedio, o disminuir significativamente en respuesta a diferentes situaciones y desafíos.
Estableciendo la autoestima en nuestros niños
El establecimiento de una autoestima sana en la niñez es fundamental, ya que sienta las bases para que nuestros hijos puedan enfrentar con éxito los desafíos que se les presentarán en etapas posteriores de la vida, como la adolescencia y la adultez. Es importante entender que la autoestima no sólo es un aspecto fundamental de la salud emocional de un niño, sino que también influye en sus relaciones sociales y en su desarrollo cognitivo.
Los padres desempeñamos un papel fundamental en la creación de una autoestima sana en nuestros hijos. Somos responsables de brindarles un entorno que fomente su adecuado desarrollo emocional, social y psicológico. Es muy importante hacer conciencia de que formar una autoestima positiva en los niños les proporciona la seguridad necesaria para enfrentar los desafíos que se les presentarán a lo largo de sus vidas.
Cuidar la autoestima de los niños no sólo es hacer lo necesario para proporcionarles la confianza necesaria para hacer frente a los desafíos que se les presenten, sino también enseñarlos a solicitar ayuda cuando la necesiten sin que esto afecte negativamente su valoración personal. A medida que se fortalece su autoestima, los niños aprenden a valorar sus esfuerzos y logros al enfrentar situaciones que ponen a prueba la percepción de sí mismos.
Es muy importante saber que una autoestima sana de un niño no sólo tiene que ver con su propio desarrollo individual sino que también lo ayuda a establecer relaciones interpersonales más saludables. Además, su desarrollo cognitivo se potencia, lo que les permite afrontar de manera más eficaz las demandas intelectuales que se les plantean en sus aprendizajes.
También es fundamental que los padres al ser ejemplo para los niños, nos mostremos seguros de nosotros mismos y que cuando cometemos errores los podemos enmendar, con la lección para los niños de que no somos perfectos y que podemos levantarnos después de caer, sin que esto disminuya nuestra valía, sino por el contrario entender que siempre hay forma de superarnos a nosotros mismos.
Para fomentar una autoestima saludable en los niños, es fundamental que los padres conozcamos y apliquemos diversas estrategias y técnicas que promuevan un desarrollo emocional sólido. Algunas de estas estrategias son las siguientes:
1. Ayudar a los niños a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable. La identificación y expresión de emociones les permiten comprenderse a sí mismos y construir una autoimagen positiva.
2. Fomentar la resolución de problemas. Enseñar a los niños a enfrentar y resolver problemas en lugar de evitarlos les brinda confianza en su capacidad para superar obstáculos.
3. Promover la autoaceptación. Enseñar a los niños que está bien cometer errores y que nadie es perfecto les ayuda a aceptarse tal como son y a valorar sus cualidades únicas.
4. Enseñar a los niños a hablar positivamente consigo mismos y a reemplazar los pensamientos negativos por afirmaciones positivas. Esto les permite construir una autoimagen más realista y positiva.
5. Impulsar el desarrollo de nuevas habilidades y la mejora de las existentes. Adquirir nuevas habilidades o perfeccionar las actuales aumenta la confianza en uno mismo.
6. Enseñar a los niños a establecer metas alcanzables y celebrar sus logros. Celebrar los logros de los niños de manera específica y sincera y reconocer sus esfuerzos los hace sentirse valorados y apreciados.
7. Evitar que se comparen con otros. Enseñar a los niños a no compararse con otros es importante porque cada niño es único, y cada uno tiene su propia experiencia individual.
8. Inducir la independencia y la autonomía al permitir que los niños tomen decisiones adecuadas para su edad y asuman responsabilidades en el hogar.
9. Ofrecer apoyo incondicional. Demostrar a los niños que son amados y apoyados sin importar sus logros o fracasos.
10. Practicar la escucha activa. Prestar atención a los pensamientos y sentimientos de los niños, les hace sentirse valorados y escuchados.
11. Ejercitar habilidades sociales. Enseñarlos a relacionarse sanamente de manera respetuosa con otros niños les da las bases para poder manejarse mejor en su entorno social.
12. Proporcionar un entorno seguro y amoroso. Demostrar amor y respeto a los niños en su entorno más seguro que es su familia, los enseña a sentirse dignos de amor y respeto, tanto de los demás como de sí mismos.
13. Enseñar a los niños a cuidar de sí mismos a través de hábitos saludables. Procurarles una alimentación equilibrada, suficiente descanso y ejercicio regular, les dará hábitos sanos de por vida que los hará sentirse seguros de sí mismos.
14. Practicar la gratitud diariamente. Enseñarlos a agradecer cada día lo que tienen, son y aprenden, es enseñarles a enfocarse en lo positivo de sus vidas y a apreciarse más a sí mismos y a sus circunstancias.
Es importante recordar que la autoestima sana se desarrolla con el tiempo y requiere atención constante. Brindar un ambiente de apoyo y amor contribuirá significativamente al desarrollo de una autoestima saludable en los niños, y si los padres además actuamos como modelos a seguir positivos, lograremos que nuestros hijos desarrollen una autoestima positiva y una actitud resiliente ante los desafíos y los fracasos.