Empatía y Cómo Reconocer a Quien Siempre se Pone Primero
Exploramos cómo el egoísmo disfrazado de dolor impide la empatía, afecta relaciones laborales y personales, y agota a quienes sí saben acompañar

En la vida personal y profesional, enfrentamos situaciones difíciles. Pero hay quienes magnifican sus problemas y usan su dolor como excusa para desentenderse de todo lo demás. ¿Dónde queda la empatía cuando todo gira alrededor de uno mismo?
La Falta de Empatía Detrás del “yo más”
Las adversidades nos tocan a todos. Estas se pueden manifestar en enfermedades, pérdidas, crisis familiares, etc.; experiencias que despiertan compasión y nos conectan con la fragilidad humana.
Sin embargo, hay personas que viven estas situaciones desde un lugar completamente distinto: uno donde su dolor eclipsa todo lo demás, invalidando el sufrimiento ajeno, desatendiendo sus responsabilidades y esperando comprensión infinita, sin ofrecer ni una gota de empatía a cambio.

Detrás de este comportamiento se esconde un tipo de egoísmo silencioso pero poderoso: aquel que se disfraza de víctima, que dice “yo más” cada vez que alguien comparte una dificultad, que convierte cada conversación en un espejo donde solo pueden verse a sí mismos.
El Egoísmo Emocional: ¿Qué es y cómo se Manifiesta?
El egoísmo emocional se presenta cuando una persona cree que sus emociones, dolores o circunstancias son más importantes que las de los demás. Este tipo de comportamiento puede camuflarse como sensibilidad, pero en realidad es una forma de desconexión emocional con el entorno.
En lo cotidiano, este egoísmo se ve reflejado en frases como:
- “Yo estoy peor.”
- “No tienes idea por lo que yo paso.”
- “Yo también tengo mis cosas, pero no me quejo.”
Este patrón genera relaciones desequilibradas, donde uno da contención y el otro solo absorbe energía. Y cuando estas dinámicas se trasladan al entorno laboral, especialmente en equipos pequeños, se vuelve insostenible.
El Impacto en el Trabajo
Cuando alguien usa sus circunstancias como excusa recurrente para no cumplir con sus responsabilidades, las consecuencias no son individuales: recaen en quienes sí sostienen el trabajo. Esto puede generar sobrecarga, resentimiento y, a la larga, desgaste emocional.

Hay una diferencia entre atravesar un momento difícil y usarlo como carta blanca para no asumir ninguna responsabilidad. Todos necesitamos contención en ciertos momentos, pero también debemos ser capaces de ver al otro. Una relación laboral saludable requiere equilibrio, compromiso y empatía bidireccional.
El Cansancio de ser Siempre el Fuerte
Muchas veces, las personas que sí muestran empatía terminan cargando con más de lo que pueden manejar. Porque no solo deben seguir cumpliendo con sus propias responsabilidades, sino también con las que otros dejan de lado.
Y cuando quienes sí están presentes y disponibles atraviesan un mal momento, es común que no reciban la misma reciprocidad. En lugar de escuchar un “lo siento mucho, estoy aquí”, reciben un “yo más”, invalidando su dolor.
Este tipo de dinámica puede ser profundamente solitaria. Quien siempre sostiene, también necesita ser sostenido. Y cuando eso no ocurre, la carga emocional se vuelve abrumadora.
¿Por qué Algunas Personas Carecen de Empatía?
La empatía no es solo ponerse en los zapatos del otro; es también actuar en consecuencia. Las personas que viven desde el “yo más” suelen tener baja tolerancia al malestar ajeno y una necesidad profunda de validación constante.
En lugar de reconocer que no están solas en el mundo, proyectan sus emociones hacia afuera como un mecanismo de defensa. Esto no solo las aleja de los demás, sino que termina saboteando sus relaciones más importantes.
En muchos casos, no se trata de maldad sino de inmadurez emocional, falta de autocrítica y una visión egocéntrica del dolor.
¿Cómo Poner Límites sin Perder tu Esencia?
Si te sientes identificado con la sobrecarga, es fundamental que pongas límites. Eso no te hace menos empático, al contrario: cuidar de ti también es un acto de amor.
Decir cosas como:
- “Entiendo por lo que estás pasando, pero también necesito apoyo.”
- “Estoy haciendo lo mejor que puedo, y me siento saturado/a.”
- “Ambos estamos viviendo momentos difíciles, cuidémonos mutuamente.”
Estas frases permiten abrir un espacio para el diálogo sin caer en reproches, pero marcando tu límite emocional y operativo.
Cultivar la Empatía Verdadera
La empatía no es una competencia de dolores. No se trata de ver quién sufre más, sino de sostenernos en comunidad. En el trabajo, en la vida y en cualquier vínculo, la empatía verdadera nace cuando hay espacio para el otro, incluso en medio del caos propio.
Ser empático no es cargar con todo. Es reconocer al otro, validar su experiencia y acompañar, sin dejar de ser honesto con tus propios límites.
Si estás rodeado de personas que viven en constante competencia emocional, recuerda que puedes salir de esa dinámica. No estás solo. Y tu bienestar también importa. Porque en un mundo donde todos cargamos con algo, lo más valioso sigue siendo la capacidad de mirar al otro con humanidad y decir: “Te veo. Estoy aquí.”