La autoestima desempeña un papel crucial en nuestra capacidad para enfrentar desafíos y lograr el éxito.
Si bien todos poseemos los recursos necesarios para alcanzar nuestras metas, la inseguridad y la negatividad pueden obstaculizar nuestro camino. Por eso es fundamental cultivar y fortalecer una autoestima positiva.
La autoestima se refiere a la valoración subjetiva que tenemos de nosotros mismos, ya sea positiva o negativa.
No debe confundirse con el autoconcepto, que se refiere a la descripción de nuestras características y cómo nos percibimos. La autoestima se construye a lo largo de nuestra vida y tiene sus raíces en nuestras primeras experiencias con los vínculos afectivos, la crianza y la forma en que aprendemos a manejar nuestras emociones.
A medida que crecemos, otros factores entran en juego y afectan nuestra autoestima, como los condicionamientos sociales, las enfermedades, las habilidades físicas y las oportunidades que se nos presentan.
Es importante comprender que la autoestima no es estática, sino que puede cambiar con el tiempo, y por ello podemos trabajar en ella y fortalecerla, independientemente de nuestras circunstancias externas.
El trabajo constante que hacemos para mejorar nuestra autoestima, nos permite tomar decisiones más acertadas, aumentar nuestras posibilidades de éxito, mejorar nuestras relaciones sociales y ser más resilientes ante las dificultades de la vida.
Cuando nuestra autoestima es baja, puede convertirse en nuestro peor enemigo. Las personas con baja autoestima tienden a tener un diálogo interno destructivo, en el que se critican constantemente y se culpan cuando las cosas no salen como esperaban.
Generalizan sus pensamientos hacia lo negativo y adoptan una perspectiva pesimista, lo que resulta en el abandono de metas y una falta de confianza en sí mismos. Además, son muy sensibles a las críticas, incluso las constructivas, y tienden a reaccionar a la defensiva.
Les resulta difícil establecer límites y atender sus propias necesidades, ya que buscan constantemente la validación externa. También pueden sentirse indignos de amor, lo que dificulta el establecimiento de relaciones sociales saludables.
Dudan de sus habilidades y carecen de confianza en sí mismos, lo que los hace inseguros a la hora de tomar decisiones y les hace sentir que los demás siempre son mejores. Esto a menudo resulta en una falta de motivación para perseguir metas o emprender nuevas actividades.
Curiosamente, algunas personas con baja autoestima pueden tener una autoestima artificialmente elevada. Estas personas basan su valor en la perfección y tienen un miedo irracional al fracaso. Se esfuerzan en obtener la aprobación social para sentirse superiores.
Estas personas suelen ser exitosas, pero su desequilibrio emocional es muy alto. A menudo se creen superiores a los demás y tienen dificultades para establecer conexiones emocionales.
Una persona con una autoestima positiva se reconcilia con su pasado y ve sus errores como oportunidades de aprendizaje.
No se compara constantemente con los demás, sino que utiliza los logros y fracasos de los demás como referencias para su propio crecimiento.
Esta persona es capaz de establecer límites y expresar sus necesidades, manteniendo relaciones sociales saludables, confía en sí misma y aprende de sus errores. Además, tiene motivación para superarse y se conoce a sí misma, reconociendo tanto sus fortalezas como sus debilidades.
Si te identificas con una autoestima baja y deseas mejorarla para ser más asertivo en tu vida, aquí tienes algunas recomendaciones prácticas:
1. Sé consciente de tu diálogo interno y detén los pensamientos negativos. Practica la autobservación y sustituye los pensamientos autocríticos por afirmaciones positivas.
2. Aprende técnicas de respiración, relajación y mindfulness para desarrollar una mayor conciencia de tus emociones y pensamientos. Esto te permitirá estar más presente en el momento y evitar rumiar en pensamientos negativos.
3. Cambia tu perspectiva sobre los fracasos. En lugar de verlos como derrotas, acéptalos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal.
4. Trabaja de manera equilibrada en todas las áreas de tu vida. Recuerda que el bienestar físico, la nutrición adecuada y el descanso son fundamentales para tu salud emocional y mental.
5.Practica la autocompasión y aceptación. Deja de juzgarte y criticarte. Date cuenta de que todos somos perfectamente imperfectos
6. Practica el buen humor, su importancia en nuestras vidas no puede ser subestimada. Nos ayuda a lidiar con el estrés diario, a mejorar nuestras relaciones interpersonales y a mantener una actitud positiva ante las adversidades.
Además, el humor nos permite encontrar alegría incluso en los momentos más difíciles. Para cerrar este punto y poner una sonrisa en tu rostro, probemos con un chiste, ¿Qué le dice un semáforo a otro? No me mires, me estoy cambiando. ¡Espero que te haya sacado una sonrisa! Recuerda que el humor es un regalo que debemos disfrutar y compartir.
Es responsabilidad de cada persona trabajar su autoestima en forma consciente y constante, y así poder ver la vida mas positiva y en consecuencia será más fácil el logro de objetivos. Ser más feliz te lleva a ser más exitoso.