domingo 30, junio 2024
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Perspectivas futuras del balompié: ¿Será el fútbol soccer el deporte número uno en los EE. UU?

Tras décadas de expectativas, el más famoso juego de pelota del mundo, busca su lugar junto a los gigantes deportivos en los Estados Unidos
Portero en un partido de fútbol sosteniendo el balón
Foto por: Shutterstock

Durante años hemos escuchado que el fútbol soccer se convertirá en uno de los deportes más importantes en los Estados Unidos, a la par de otros deportes contemporáneos como el fútbol americano, el béisbol, el baloncesto y el hockey sobre hielo.

Desde la llegada del astro brasileño Pelé en la década de los setenta al Cosmos de Nueva York, esta premonición se vislumbraba. Han pasado ya 48 años desde ese trascendental suceso en la historia del fútbol mundial y la liga norteamericana, a pesar de su evolución, no ha logrado alcanzar los niveles que la ubicarían entre las ligas más importantes del planeta.

¿Pero por qué no ha sucedido así? ¿Existe la afición necesaria al deporte para que la liga norteamericana pueda consolidarse como una disciplina deportiva de relevancia en la sociedad estadounidense? Los derechos de televisión, fundamentales en las finanzas de los clubes y organizaciones deportivas en los Estados Unidos, respaldan ahora a la MLS, transmitiendo los partidos semanales de la temporada regular y la postemporada. Además, estas transmisiones también se exportan a países europeos como Alemania, España, Austria, Suiza e Italia, algo que, por ejemplo, la liga MX no ha logrado.

Además, se avecinan importantes eventos internacionales que situarán a la nación estadounidense en el centro de atención mundial. La Copa América se llevará a cabo en los Estados Unidos desde el 20 de junio hasta el 14 de julio de 2024. Asimismo, la Copa de Oro, la competición regional bienal auspiciada por la Concacaf, continuará realizándose en los Estados Unidos cada dos años; el siguiente torneo regional está programado para el verano de 2025.

Foto por: Shutterstock

Asimismo, el Mundial de Clubes, tradicionalmente efectuado en regiones como el Medio Oriente y Japón, se llevará a cabo en su nueva edición de 32 equipos en suelo estadounidense, entre junio y julio de 2025. Y, por supuesto, la Copa Mundial de la FIFA, pautada para el verano de 2026, será coorganizada por Canadá y México, aunque la mayoría de los partidos, incluida la Gran Final, se jugarán en estadios de los Estados Unidos de América.

En otras palabras, los aficionados al Fútbol Soccer tendrán la oportunidad de presenciar los eventos más importantes del deporte más popular del mundo en estadios de la Unión Americana durante los próximos tres años. ¿Serán estos años y los eventos venideros el punto de inflexión que finalmente posicione al Fútbol Soccer como uno de los deportes más populares en los Estados Unidos? ¿Podrá finalmente el aficionado estadounidense abrazar el deporte que normalmente se ha considerado una actividad recreativa infantil, en la que los campos locales se llenan de niños los sábados, pateando el balón durante una o dos horas, sin desarrollarse como una pasión duradera y enriquecedora, tal como lo han hecho los latinoamericanos y europeos?

A lo largo de los años, el fútbol soccer ha trascendido el ámbito infantil y juvenil para convertirse en una de las disciplinas recreativas más populares en los Estados Unidos. Aunque el fútbol colegial ha sido una cantera prometedora para los equipos de la liga, aún está lejos de ser un deporte popular en los Estados Unidos. Mientras que en el resto del mundo, niños y jóvenes intentan emular a sus ídolos en los campos de sus barrios, pueblos y suburbios, los adolescentes estadounidenses rara vez se identifican con jugadores de la MLS; quienes lo hacen, suelen seguir más a jugadores de la Premier League Inglesa u otras ligas europeas.

Se ha demostrado en innumerables ocasiones que los aficionados latinos o europeos que viven en los Estados Unidos siguen asistiendo a los partidos de fútbol en estadios estadounidenses, especialmente si sus equipos favoritos están jugando o si se enfrentan clubes que respetan o admiran. Lo mismo ocurre cuando estos eventos se transmiten por televisión, incluso si se requiere una suscripción mensual a servicios de televisión digital o cable. Sin embargo, el ciudadano estadounidense aún no ha alcanzado los niveles de compromiso observados en los fanáticos latinos o europeos. La verdadera transformación del fútbol soccer en este país ocurrirá cuando el ciudadano promedio de Estados Unidos comience a interesarse por el fútbol local. Sin embargo, esto aún tomará tiempo.

Es cierto que la llegada de Lionel Messi al Inter de Miami hace unas semanas generó un gran interés y expectativas tanto en los aficionados como en aquellos que no lo son. Personalidades del deporte como LeBron James y Serena Williams, junto con figuras famosas como Kim Kardashian, asistieron a los partidos de la “pulga” argentina durante su debut en el club miamense.

No obstante, el arribo de Pelé a los Cosmos de Nueva York había logrado algo similar hace casi medio siglo, y a pesar de la enorme influencia de Pelé, ya conocemos el rumbo que tomó la desaparecida liga norteamericana iniciada a finales de los años setenta y principios de los ochenta.

Entonces, ¿qué puede cambiar en la actualidad con la llegada de Lionel Messi y otras figuras destacadas a la liga estadounidense, además de los próximos torneos programados para los años venideros mencionados previamente? ¿Está dispuesto el ciudadano común de los Estados Unidos a aceptar el fútbol soccer y a interesarse por su liga local, y a identificarse con los jugadores locales, especialmente los jugadores estadounidenses?

Los próximos tres años nos proporcionarán respuestas a estas interrogantes, pero hay algo que podemos asegurar: si la perspectiva del ciudadano estadounidense común no cambia y no se adapta para abrazar al fútbol como un deporte más dentro del ámbito deportivo de los Estados Unidos, será difícil que el fútbol logre establecerse.

El fanático estadounidense requiere un producto que ofrezca elementos adicionales junto al juego en sí. Todos los deportes nacionales, sin excepción, han sido moldeados según las demandas de la audiencia televisiva. Esto incluye las pausas obligatorias que los entrenadores solicitan en numerosas ocasiones durante el desarrollo del juego. El baloncesto, el fútbol americano, el béisbol y el hockey sobre hielo han adoptado este enfoque. Aunque es evidente que estas pausas afectan el flujo del juego, las adaptaciones se han realizado para satisfacer las necesidades comerciales de las transmisiones televisivas.

A pesar de los intentos por adaptar el fútbol estadounidense a estas demandas, en general, algunas de las implementaciones no han sido bien recibidas por los fanáticos tradicionales. La FIFA ya ha implementado la revisión de jugadas o decisiones arbitrales importantes, y aunque esta idea es válida y necesaria para abordar los errores humanos, no deja de afectar la fluidez y la esencia del juego.

El fútbol soccer, considerado el juego de las masas y, en ocasiones, infravalorado por algunos individuos como una actividad propia de clases sociales más bajas, desafortunadamente no ha logrado capturar la atención de los amantes del deporte estadounidense. Incluso la selección nacional de las Barras y las Estrellas ha intentado reclutar talento hispano y europeo en sus filas, pero aún no ha logrado crear una identidad sólida para el fútbol estadounidense. Durante muchas décadas, se han adoptado aspectos del fútbol inglés, llegando incluso a contar con narradores y comentaristas de origen británico para intentar autenticar la cobertura de los partidos de fútbol transmitidos en las cadenas de televisión estadounidenses.

A pesar de esto, el brillo y la destreza del futbolista latino no han sido completamente aprovechados en la selección estadounidense, y se ha optado por favorecer una influencia más europea, aunque esta idea no ha tenido los resultados esperados. El fútbol estadounidense aún no ha logrado desarrollar su propia identidad que lo impulse hacia las expectativas deseadas. Aunque ha logrado equipararse al nivel de la zona de la Concacaf y ha derrotado al mayor rival, México, en ocasiones trascendentales, aún no ha logrado superar por completo al balompié azteca.

Quizás necesitemos ver el vaso medio lleno y adoptar una perspectiva más positiva, pero las evidencias están ahí y no pueden ser ignoradas. Los aficionados al fútbol anhelan que estos próximos torneos den inicio, pero también desean que finalmente el fútbol se convierta en lo que es en la mayoría del mundo: el deporte más popular. Esperamos que, para el otoño de 2026, este deseo se convierta en una realidad palpable para los millones de aficionados al “jogo bonito” o “the beautiful game”.

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