Los “Bares Sobrios” se han vuelto tendencia, como por ejemplo Getaway, un elegante bar ubicado en una avenida principal en Brooklyn, Nueva York, es posible que te encuentres inmerso en una estética de cócteles que inunda las redes sociales, pero hay una diferencia crucial en este lugar: es totalmente libre de alcohol. Este fenómeno de bares sin alcohol, como Getaway, refleja una tendencia mundial que está cambiando la dinámica de la vida nocturna para aquellos que prefieren abstenerse del consumo de bebidas alcohólicas.
Sam Thonis, uno de los propietarios de Getaway, comparte que la idea surgió hace tres años cuando él y su hermano, quien no consume alcohol, buscaban lugares para salir juntos por la noche. La oferta de opciones era limitada, ya que la mayoría de los lugares giraban en torno al alcohol o intentaban presionar de alguna manera a los clientes para que consumieran.
Ante esta falta de alternativas, Thonis y Regina Dellea, su socia, decidieron transformar su bar en un espacio totalmente libre de alcohol. Ni siquiera venden cervezas sin alcohol, ya que la esencia del lugar es proporcionar una experiencia completamente libre de esta sustancia.
Getaway, que abrió sus puertas en 2019, se inscribe en una creciente ola global de bares sobrios que atienden a personas que evitan el alcohol, pero que aún desean salir y socializar en espacios que tradicionalmente han estado dominados por la bebida. Ejemplos como Vena’s Fizz House en Portland, Maine, y The Other Side en Crystal Lake, un suburbio de Illinois, demuestran que este fenómeno no está limitado a una sola ciudad o región.
Los bares sobrios son también populares en Londres, el bar Redemption ha expandido su presencia con tres ubicaciones, y en enero, The Virgin Mary, un pub sin alcohol, abrió sus puertas en Dublín. La creciente popularidad de estos establecimientos resalta la demanda de alternativas de vida nocturna que se alejen del énfasis tradicional en el consumo de alcohol.
Bares sobrios y barras sin alcohol
Históricamente, las barras sin alcohol o bares sobrios no son un concepto nuevo. A finales del siglo XIX, surgieron una serie de bares sin alcohol conocidos como barras de templanza en el Reino Unido, en el contexto del movimiento por la templanza o temperancia, que abogaba por no consumir alcohol.
Un ejemplo emblemático de esta tradición es el Bar Temperance de Fitzpatrick, fundado en 1890 en Rawtenstall, al norte de Manchester. Este bar aún hoy vende cerveza de raíz y vasos de diente de león y bardana, bebidas que reflejan la esencia de aquella época.
La diferencia fundamental con la ola actual de bares sobrios radica en que no están necesariamente asociados a la abstinencia total del consumo de bebidas alcohólicas.
En Getaway, por ejemplo, los clientes no solo son aquellos que no consumen alcohol por motivos de abstención, sino cualquier persona que busque un ambiente divertido sin la amenaza de una resaca al día siguiente. Thonis comenta que la idea es ofrecer una alternativa para quienes desean un espacio social sin estar vinculados al consumo de alcohol.
Este movimiento refleja la reconsideración de los millennials urbanos sobre el papel del alcohol en sus vidas. La cultura tradicional del bar, que solía excluir a aquellos que no bebían, está siendo transformada. Eventos como Listen Bar en Nueva York, fundado por Lorelei Bandrovschi, ofrecen opciones sin alcohol para personas que buscan diversión sin la presencia de esta sustancia.
Bandrovschi, de 32 años, dejó de consumir alcohol durante un mes y notó la falta de opciones para aquellos que querían salir con amigos sin la presión de beber. Esto la llevó a fundar Listen Bar, que ahora es su ocupación a tiempo completo.
Bandrovschi comenta sobre la cultura del bar: “Los bares son un espacio de relajación, y se nos hizo creer que el alcohol tiene que ser parte de eso”. Su filosofía personal es que beber debería ser una opción y que tanto aquellos que deseen beber como aquellos que no, deberían tener un lugar en lugares divertidos y los bares sobrios son una opción real.
Aunque la idea de “bebida opcional” aún no es común, hay indicios de que los jóvenes no beben tanto como antes. En 2016, entre los adultos mayores de 16 años encuestados en el Reino Unido, solo el 56,9% había tomado una copa en la semana anterior a la encuesta, siendo este el porcentaje más bajo registrado desde 2005.
En febrero, el Registro Internacional de Vinos y Licores afirmó que el 52% de los adultos estadounidenses encuestados intentaban o habían intentado reducir su consumo de alcohol.
La tendencia se refleja en una serie de artículos sobre comportamientos recientes que indican que los millennials están reconsiderando cuándo y cómo beben. Las ventas de cerveza están en declive en EE.UU., y aunque esto podría indicar que los consumidores están recurriendo a otras bebidas, la industria del alcohol ha respondido introduciendo más opciones de bajo contenido y sin alcohol.
Las bebidas sin alcohol no solo están ganando popularidad en bares especializados, sino también en restaurantes de alta gama, donde se incluyen maridajes sin alcohol en los menús de degustación, junto con las opciones tradicionales y cócteles. Ejemplos como Existing Conditions en Greenwich Village, Nueva York, conocido por sus creativos cócteles, demuestran que estas bebidas pueden ser únicas y caras, atrayendo tanto a bebedores como no bebedores.
Chelsea Carrier, directora de bebidas de los restaurantes Covina y The Roof Top en Nueva York, destaca que las bebidas sin alcohol representan aproximadamente el 20% de los pedidos en el restaurante en la actualidad.
Los Bares sobrios como Existing Conditions, un bar que se destaca por sus creativas propuestas, incluso las bebidas sin alcohol son consideradas cruciales en el menú, siendo algunas de las opciones más costosas en términos de ingredientes y mano de obra. El Stingless, una de sus bebidas sin alcohol, incorpora miel de melipona, una sustancia elaborada por pequeñas abejas en México que puede alcanzar un costo de hasta US$100 el kilo.
Bobby Murphy, director de bebidas de Existing Conditions, señala que servir una simple soda ya no es suficiente, y cuando crean bebidas no alcohólicas, buscan ofrecer algo único que no se pueda conseguir en ningún otro lugar. Estima que entre el 20% y el 30% del total de las bebidas que venden no contienen alcohol.
A pesar de los éxitos individuales de estos bares sin alcohol, aún está por verse si esta oleada de establecimientos sobrios prosperará a largo plazo. En cuanto a Getaway, Thonis señala que el negocio ha estado estable en el último mes, y la diversidad de clientes incluye desde vecinos curiosos hasta mujeres embarazadas y estudiosos sobrios. La premisa es clara: ofrecen una variedad de opciones, y si a la gente no le gusta, está bien. Están allí para aquellos que desean disfrutar de un ambiente sin alcohol.
Los “bares sobrios” ofrecen una alternativa emocionante en el panorama de la vida nocturna, creando espacios donde la diversión no depende del consumo de alcohol. El éxito de estos lugares no solo refleja un cambio en la cultura del beber, sino que redefine la vida nocturna para una generación que valora la elección sobre la tradición.
El fenómeno de los bares sin alcohol no solo está desafiando las percepciones arraigadas sobre la necesidad de alcohol en la vida social, sino que también está dando forma a un nuevo capítulo en la evolución de la vida nocturna urbana.